En la soledad mejor acompañada se disfrutan sobresalientes momentos, carentes de recuerdos materiales para que otros los puedan valorar y opinar sobre ellos a sus anchas. ¿Qué falta hace? Así sólo serán nuestros y de nadie más. No sé, quizá sean esos los momentos que más le llenan a uno. En los que se permite dejar a un lado la inmensidad del Yo, para compartir con una mirada la infinitud del Nosotros.
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